El obispo de Barbastro-Monzón es campechano y laminero. Lo hemos comprobado en Latorrecilla esta mañana cálida y soleada de noviembre, con motivo de su visita pastoral. A don Angel Perez le gusta escuchar y comunicar. Osea, aprender y enseñar. En Latorrecilla hemos dado un repaso a la memoria de nuestros mayores ausentes, al trabajo diario de los vecinos, a la vida de las abejas, a las necesidades de conservación de la iglesia, a la siempre escasa plantilla de curas y a la incorporación de nuevos ayudantes en labores de apoyo. También le hemos dado un buen repaso al café con leche, y los dulces que unas vecinas habían preparado. Un rato en el local social de A Ferraría, y una visita a la iglesia, en cuya sacristía hacen falta algunas mejoras como repasar la cubierta para evitar humedades y sustituir una ventana vieja y rota por una nueva. Así ha sido, en resumen, la mañana de este martes otoñal que forma parte del compromiso del obispo de "peinar" la Diócesis de Barbastro-Monzón.